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Respirar es una de las funciones fisiológicas más importantes para el ser humano y la calidad del aire puede ser tan importante como hacerlo de la manera adecuada.
Respirar es algo innato al ser humano pero se hace de manera inconsciente y no todos lo hacemos correctamente. No, no estamos hablando de respirar más, si no de respirar mejor.
¿Te has parado a pensar si tu respiración es nasal o bucal? ¿Sueles hiperventilar? ¿Aguantas la respiración cuando realizas ciertas actividades? ¿Tu hijos respiran por la boca? Si es así o intuyes que pueda estar ocurriendo, debes saber que la respiración bucal es anormal y a continuación te contamos por qué fisiológicamente se debe respirar por la nariz y no por la boca y cómo este detalle cobra aún más importancia en los niños.
¿Cómo debe ser una respiración saludable?
Gracias a la respiración el organismo se oxigena y esto tiene efectos tanto físicos como emocionales. Nuestra respiración debe ser lenta, sutil y diafragmática pero además, debe realizarse por la nariz. No hacerlo bien afecta a nuestra salud en general porque afecta a nuestro sistema inmune, a la calidad del sueño, a la digestión, al crecimiento… entre otros efectos adversos.
Muchos estudios han determinado cuál es el ritmo perfecto de respiración saludable y básicamente este consiste en inhalar en 5,5 segundos y exhalar en otros 5,5 segundos, es decir, en torno a unas 6 respiraciones por minuto.
Pero, además de cómo respiramos es importante detectar cuál es el órgano de nuestro cuerpo que estamos utilizando para respirar ya que debido a diferentes factores, muchas veces se intercambian nariz y boca y la respiración oral y la nasal no son saludablemente intercambiables.
La nariz es un filtro natural del cuerpo porque realiza las funciones de filtración, calentamiento y humidificación del aire que respira y esto tiene una implicación directa sobre la calidad del aire que llega a nuestros pulmones. Estas funciones se pierden cuando lo hacemos por la boca.
Por su parte, la respiración bucal afecta al pH de la boca, pasando a ser más ácido y facilitando la aparición de caries y enfermedades periodontales. Además, va asociado a la mala formación de la mandíbula, a las vías respiratorias e incluso a la aparición de problemas intestinales.
¿Por qué la respiración bucal tiene un impacto negativo en el crecimiento?
La respiración bucal tiene un impacto negativo en el desarrollo dental y facial de los niños porque cuando respiramos por la nariz no utilizamos los músculos adecuados haciendo que los órganos implicados y estructuras de la cara no crezcan correctamente y esto afecta a 4 de las funciones más importantes para el desarrollo y que influyen en la estructura facial:
- La respiración, como ya hemos comentado.
- La deglución: tragar es un acto que hacemos una media de 3000 veces al día y si la posición de nuestra lengua no es adecuada va a influir directamente.
- La masticación: el ejercicio repetitivo que más veces repetimos al día. Este debe realizarse de manera simétrica y si no es así afecta al crecimiento facial.
- Dormir: la postura de dormir también depende de cómo se desarrolle la cara afectando a su vez al resto de funciones (posición de los labios, de la lengua, la propia respiración).
La importancia de corregir estos hábitos desde niños
Si el niño o niña no está respirando correctamente y no corregimos la respiración bucal de manera precoz, la cara se va deformando con el paso del tiempo en base a los músculos que se utilizan y ese es el motivo por el que la respiración cobra más importancia en los niños.
Respirar por la boca en lugar de por la nariz, afecta directamente a la forma en la que se desarrolla el rostro del niño y hace que éste pueda verse alterado. Una cara alargada y aplanada, un mentón retraído, padecer ojeras, el paladar estrecho u ojival, los dientes apiñados, etc. denotan que la evolución de las estructuras faciales no están siendo las correctas.
En los pacientes más pequeños, estos cambios se notan de manera sutil pero poco a poco con el crecimiento estos cambios serán más visibles en edad adulta. Si corregimos este hábito a una edad temprana evitaremos el efecto cascada que se produce con el crecimiento.
¿Qué síntomas podemos detectar en los respiradores bucales?
Los síntomas más frecuentes que presenta una persona (ya sea niño o adulto) que respira por la nariz son:
- Ojeras: sensación de cansancio cuando despierta, sueño ligero.
- Sequedad de garganta y mucosa nasal.
- Labios secos y agrietados.
- Gingivitis irritativas: la mucosa de la boca tiene que estar humectada. El tejido necesita hidratación, al respirar por la boca se produce sequedad.
- Mayor riesgo de caries: La saliva protege nuestra boca, si el aire entra por la boca hay mayor probabilidad de caries.
- Dolor de cabeza: no se oxigenan correctamente los tejidos.
- Otitis recurrente-pitidos-taponamiento: al no entrar el aire por la nariz no se limpia correctamente los orificios.
- Apiñamiento dental/boca entreabierta por falta de espacio en la boca (paladar estrecho).
- Ronquido: el ronquido a una edad temprana no es normal. Recuerda que la calidad del sueño de tu hijo es muy importante para su correcto desarrollo.
- Bruxismo: muchas veces el bruxismo es una respuesta de tu sistema nervioso a una falta de equilibrio oclusal con tus maxilares. Las férulas de descarga ayudan a evitar los efectos del bruxismo pero no ponen remedio al problema de origen.
¿Por qué una persona respira por la boca?
El síndrome del respirador bucal es un mal hábito que suele comenzar desde la niñez.
Los malos hábitos suelen ser los primeros desencadenantes de la respiración bucal, como dormir con la boca abierta, chuparse el dedo o morderse las uñas. Otras veces, puede venir provocado por otro problema. En algunas ocasiones, la respiración bucal puede ser un síntoma de un problema subyacente, como alergias, sinusitis, obstrucción nasal, o una combinación de ellos.
Dependiendo del origen del problema, a veces es necesario abordar el diagnóstico desde una perspectiva multidisciplinar junto a otros especialistas implicados en estas funciones como un otorrinolaringólogo e incluso un logopeda, si ya existen problemas en el habla.
En cualquier caso, la detección y tratamiento temprano es lo mejor para su corrección.
¿Se puede corregir la respiración bucal en niños? ¿se puede corregir en adultos?
Si, del mismo modo que podemos corregir cualquier hábito, pero el paciente debe ser consciente, constante y entrenar.
En su consulta, la doctora Diana Castell comprueba las funciones respiratorias y enseña tanto al paciente como a sus papás a realizar una serie de ejercicios para corregir estos hábitos. Nuestra especialista en rehabilitación neuro-oclusal le enseña al niño la postura correcta que debe tener la lengua (en descanso, al hablar y al tragar), como deben estar los labios, y otras partes implicadas durante la respiración, deglución, masticación y el sueño. También, le ayudará a corregir los hábitos que se han visto alterados mediante ejercicios concretos y adaptados a cada paciente. Otras veces es necesario recurrir a algunos aparatos que ayuden a realizar estas funciones.
En el caso de los adultos el proceso es algo similar, pero como el desarrollo de los maxilares ya se ha producido los procedimientos son algo diferentes, pero hay mucho campo a mejorar, no el crecimiento de los huesos porque ya ha finalizado, pero sí el resto.
Los pacientes adultos que acuden a la consulta son capaces de terminar con dolores crónicos de cabeza, mandíbula, cuello y mejorar su descanso, entre otras mejoras.
Si crees que eres respirador bucal y te has sentido identificado con los síntomas mencionados, la doctora Diana Castell es especialista en ortodoncia y rehabilitación neuro-oclusal, ella puede darte un enfoque terapéutico para contrarrestar los efectos de la respiración bucal en el desarrollo de los maxilares de los niños así como neutralizar los efectos que tiene ya en edad adulta. No dudes en acudir a nuestra consulta especializada de Clínica Dental Almara de Madrid.